sábado, 18 de septiembre de 2010

Gracias Negro



De forma tardía, conversada y sentida recibimos la noticia de la muerte de Mario Rodríguez Cobos, Silo, el negro... quien fue capaz de rescatar de lo mejor del ser humano y transmitirlo al mundo, crear esto tan maravilloso como el el Movimiento Humanista, del cual somos parte, con el cual hemos crecido, nos hemos liberado y día a día hacemos por el mundo.
El mismo 16 disfrutábamos varios humanistas y amigos de una fonda vegetariana (Martin Luther Fonda), en la cual hubo espectáculo en vivo, variadas exquisiteces y repleto de gente que sonríe al mundo, algo maravilloso; dentro de esa alegría recibimos la noticia de que se nos iba el negro y bueno no sabíamos muy bien cómo reaccionar, nos mirábamos, algunos llamaban por teléfono, otros se abrazaban... en fin, manifestaciones para regalar, pero finalmente debemos comprender que el negro simplemente dio un nuevo paso y ya está, la vida sin la muerte tampoco sería vida.
Aquí lo dice el mismo...

"Si crees que tu vida termina con la muerte, lo que piensas, sientes y haces no tiene sentido. Todo concluye en la incoherencia, en la desintegración.Si crees que tu vida no termina con la muerte, debe coincidir lo que piensas con lo que sientes y con lo que haces. Todo debe avanzar hacia la coherencia, hacia la unidad. Si eres indiferente al dolor y el sufrimiento de los demás, toda ayuda que pidas no encontrará justificación. Si no eres indiferente al dolor y sufrimiento de los demás, debes hacer que coincida lo que sientes con lo que pienses y hagas para ayudar a otros. Aprende a tratar a los demás del modo en que quieres ser tratado. Aprende a superar el dolor y el sufrimiento en ti, en tu prójimo y en la sociedad humana. Aprende a resistir la violencia que hay en ti y fuera de ti. Aprende a reconocer los signos de lo sagrado en ti y fuera de ti"


Así que bueno, nos queda agradecer que compartieras todas aquellas maravillosas experiencias con nosotros y dejar tu escalón para que nosotros también podamos liberar al mundo y a nosotros mismos del dolor y el sufrimiento, siempre conectados con lo mejor de nosotros, siempre contemplando a cada ser humano, siempre con las manos laborando para creer y hacer de este mundo otro nuevo, donde el valor esté en lo bello que tiene el ser humano y no en su destrucción y ambición que deja tantas huellas negras que calan hondo en nosotros mismos, en los otros seres que nos acompañan, en el medio ambiente... en el universo mismo.
Muchas gracias Mario por regalarnos este tu proyecto hace décadas, el Movimiento Humanista es nuestra actual, fuerte, hermosa y dedicada construcción.

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