domingo, 12 de septiembre de 2010

Amor


Es una palabra que nos trae a la cabeza diversas imágenes, todas cargadas de emociones fuertes que generalmente -y así debiera ser siempre- nos conecta con lo mejor de nosotros mismos.
Es un sentimiento que va más allá del cliché de la pareja y los corazones dibujados, más allá de fiestas comerciales como la de San Valentín u otras cosas similares, es algo que llega desde lo más profundo de nosotros y nos hace ser, hacer y sentir una fuerza que lo puede todo, una fuerza que es transformadora, esperanzadora, inspiradora... muchas veces seductora.

¿Qué pasaría si esa misma hermosa y gran fuerza hiciera mover el mundo?, ¿Qué sería de nosotros si nuestra existencia y paso por este mundo fuera simplemente por amor?
Seguramente conceptos como guerra, violencia, dolor, discriminación, soledad, serían tan incomprensibles como lo es ahora pensar en un mundo sin dinero, sin fronteras, sin unos sobre y contra otros.
El ser humano es la especie que domina, y es cosa de mirar de qué manera lo hace y bajo qué parámetro lo hace; la única razón de aquello es nuestra mente que ya sabemos, ha sido moldeada y utilizada para destruir, hemos sido responsables de que especies tanto animales como vegetales se extingan, somos responsables de que otros humanos vivan muertos, somos responsables de ser -aún sabiendo y pudiendo saber todo- ciegos, sordos y mudos.
¡BASTA!, es suficiente, debemos hoy y no mañana aprender y construir, debemos hoy ser conscientes y detener esta gran máquina que nos hace ser como somos, debemos hacer todo aquello sobretodo porque todo aquello ha sido nuestra obra maestra.

Creamos en el amor, pero no en ese amor falso de telenovela o ese que pareciera cegarte, creamos en ese amor que es fuerza e inicio de tantas cosas maravillosas, ese amor que es capaz de darnos nuevos ojos y nuevas energías... simplemente en ese amor que lo puede todo; desde poder mirar a otro ser humano como un ser que crece y debe evolucionar, como para creer que otro mundo realmente es posible si nos animamos a construirlo juntos.

Si el amor fuera el motor del mundo, podríamos ser humanos al fin.

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